“Emancipar el conocimiento, para construir la Patria Grande”


La Universidad Plurinacional de la Patria Grande centra su trabajo en potenciar, articular, organizar y promover en cada punto de la red aquellos recursos, saberes y conocimientos que ya existen en cada uno, a fin de formar y consolidar una masa crítica de ciudadanos, cuadros políticos, técnicos y administrativos, y de agentes sociales capaces de pensar, diseñar, sustentar, fortalecer y consolidar los procesos de emancipación, integración e igualdad en nuestra América Latina.

América Latina viene recorriendo desde los primeros años de este nuevo siglo un derrotero que busca recuperar la senda de la emancipación de los pueblos, la inclusión social y la ampliación de derechos que inauguraran nuestros grandes libertadores en las luchas por la independencia en el Continente.
Amalgamar un conjunto de identidades nacionales diversas, construidas y heredadas que pugnan aún por afianzar y consolidar la Patria Grande que soñaron nuestros mayores, es un proyecto de larga duración, no exento de reflujos, tensiones e incluso retrocesos; y no es suficiente la voluntad y el acuerdo circunstancial entre Jefes de Estado. Construir una auténtica voluntad plurinacional, una identidad y vocación común latinoamericana requiere, al decir de García Linera, “lograr unificar estas tres coordenadas constitutivas del sistema de vida social de las personas: territorializar los espacios de derechos colectivos; crear escenarios de bienes comunes compartidos en función de las correlaciones de fuerzas; inaugurar una narrativa movilizadora de origen y de destino social capaz de desplegar políticas de hegemonía (…)”. Esta es una tarea inconclusa y de largo aliento que requiere de una construcción colectiva capaz de ganar la disputa por el sentido, en todos los frentes.

Muchas instituciones, organismos y universidades latinoamericanas, en su heterogénea y diversa composición y trayectorias, tenemos un gran aporte que realizar a estos procesos. Es nuestra responsabilidad histórica propiciar y acompañar, construir y afianzar, redes y nodos de cooperación regional que no se vinculen unilateral y subordinadamente con los centros de producción y gestión del conocimiento del hemisferio norte, que cooperen en la tarea de sistematizar las prácticas de las organizaciones del campo popular, y acompañen los procesos de reflexión y construcción colectiva, produciendo un conocimiento crítico, propio y autónomo.

Debemos reorientar las miradas, los recursos, los conocimientos y los vínculos para formar verdaderas redes de cooperación sur-sur, valorizando los propios conocimientos e intereses, formulando estrategias de desarrollo autónomas, diseñando y articulando currículas adecuadas y pertinentes a las realidades, prioridades, proyectos e identidades, nacionales y regionales, que permitan fortalecer y ampliar al MERCOSUR, la UNASUR, el ALBA y otros órganos multilaterales de integración regional.
A su vez consideramos necesario visualizar las disputas estratégicas del presente y del futuro en los ámbitos del ciber-espacio, los recursos naturales y los mares. En efecto, creemos imprescindible pensarnos y mirarnos geopolíticamente de manera bi-continental.
Entendemos que la Antártida, las Islas Malvinas y el Atlántico Sur son territorios hacia donde debemos proyectar ineludiblemente nuestra política exterior, de forma pacífica, respetando el derecho internacional, pero de forma activa y propositiva, en resguardo de la soberanía y de los abundantes recursos naturales que se encuentran disputa, que sin dudas se agudizará en el futuro.

Tenemos el desafío de formar cuadros técnicos y administrativos de alta calidad científica y nivel académico, que a la vez sean capaces de situarse y comprometerse con el contexto socio histórico en el que viven. Lejos de producir tecnócratas, es necesario que nuestras instituciones formen sólidos cuadros técnico-políticos comprometidos con el diseño y la ejecución de las Políticas de Estado emancipatorias, inclusivas y ampliatorias de derechos; que construyan verdaderos sistemas nacionales y regionales de producción y cooperación científica y tecnológica; que lideren y organicen desde las empresas públicas y privadas los procesos de un desarrollo económico, social, comunitario y productivo; y que incluyan a trabajadores y trabajadoras, y a campesinos y campesinas como sujetos activos y privilegiados de estas políticas.
Al mismo tiempo es necesario construir una práctica pedagógica de profundo sesgo latinoamericano no sólo en sus comprensiones y análisis de la realidad, sino además en la propia praxis educativa que requieren sectores de la nueva Universidad Pública y Popular, nutrida hoy por la participación de estudiantes en el nivel de la educación superior pero, también, de sectores que se acercan a las propuestas de educación secundaria y primaria de adultos, y a espacios de educación no formal.

La historia reciente en nuestra región demuestra que no son sostenibles en el tiempo procesos emancipatorios aislados si no hay un empoderamiento mutuo entre los países, pueblos y naciones que conforman nuestra Patria Grande. Convencidos de que el destino común latinoamericano no es un capricho de la historia, sino una construcción colectiva de larga duración, sostenemos que no alcanza sólo con “territorializar espacios de derechos colectivos”, ni con crear “escenarios de bienes comunes compartidos”. Es imperioso, para desequilibrar la relación de fuerzas, garantizar el futuro de estos procesos mediante la consolidación de una “narrativa movilizadora de origen y destino” que proponga una historiografía alternativa y popular, un nuevo marco interpretativo, que desplace las historiografías liberales oficiales y el pensamiento único globalizado.
Sosteniendo el valor del pensamiento científico, sin cerrarse al universalismo de la modernidad, es preciso asumir el reto de rescatar, estudiar, articular y difundir el pensamiento humanista, social y económico latinoamericano; fomentar el diálogo de saberes entre culturas y matrices de pensamiento; pensar, generar y promover sistemas y medios de comunicación popular, comunitarios y alternativos a los grupos infocomunicacionales concentrados.
Por eso la Universidad Plurinacional de la Patria Grande no se asume como un consorcio más de instituciones educativas; ni pretende reemplazar la agenda de cada una de las partes que la componen.
La Universidad Plurinacional de la Patria Grande centra su trabajo en potenciar, articular, organizar y promover en cada punto de la red aquellos recursos, saberes y conocimientos que ya existen en cada uno, a fin de formar y consolidar una masa crítica de ciudadanos, cuadros políticos, técnicos y administrativos, y de agentes sociales capaces de pensar, diseñar, sustentar, fortalecer y consolidar los procesos de emancipación, integración e igualdad en nuestra América Latina.
Conformada por un consorcio de Universidades, Instituciones Educativas y Organizaciones Sociales latinoamericanas en esta primera etapa compromete la voluntad de trabajar conjuntamente en el diseño de trayectos formativos con tres orientaciones: específicamente académicos, de formación al funcionariado público de nuestra Patria Grande y con vinculación al trabajo en sectores populares. Para ello la Universidad Plurinacional de la Patria Grande adopta un formato de red que le permitirá asumir protagonismos a las distintas instituciones con diversa intensidad, acorde con los intereses concretos de cada una.